lunes, 28 de abril de 2008

LOS OJOS DE IYUCPE


En el país del Yo me aburro, aquella mañana el pequeño Iyucpe salió a caminar. Observaba con mucho cuidado a cada adulto que encontraba en el camino; algunos hablaban del trabajo y de lo difícil que se hacía vivir; un hombre de rostro gris ni si percató cuando destruyó tres hermosas flores amarillas con su gran zapato negro; la señora contaba monedas mientras refunfuñaba con el perro que trataba de escapar de su collar.

En un instante algo sorprendió a Iyucpe, era un arco iris que danzaba entre dos árboles. El pequeño llevó las manos a sus ojos se los tapó un segundo y cuando los volvió a abrir, allí estaba… Era Increíble… hasta el sol detuvo sus rayos un momento para sonreir, la luna que aún no tenía que salir, se apresuró un poco y con cautela se asomó entre las nubes para observar como aquel bello arco iris tomaba forma humana:Se estiraba, se encogía; se encogía, se estiraba.

En los ojos de Iyucpe se veía como aquella figura humana –que parecía un duendecito-
Con sus manitas pintaba de múltiples colores, las calles, las casas, los árboles.
Ahora la mujer danzaba con el perro, los hombres olían las flores y jugaban a las escondidas.

Qué tenía aquel duendecito para causar tal conmoción y tal cambio en los corazones
humanos, se preguntó Iyucpe. La luna y el sol les respondieron al unísono:

-Es el hijo del amor-

Por: Nyria Ramìrez


Para: Santiago Andrés
11 de abril de 2008



Nuestra corporación Juraco, tiene ocho años, sus manos, su corazón, su piel, están en plena niñez y nosotros lo parimos, es un parto colectivo… por ello hoy en su día les comparto este cuento que le hice a Santiaguito, un amiguito costeño que tiene un mes de nacido y ya me robó el corazón.
Lo leí tres veces, cuatro veces, hasta cinco y siempre me llevaba a pensar en ese hijo del amor que estamos criando; me dio susto porque Juraco, como un niño de ocho años, tiene muchas preguntas por hacer, quiere jugar y moverse por todos lados, se asombra con la vida misma, necesita ser abrazado con fuerza, tener la sensación de estar protegido de la oscuridad, y quiere que lo acompañemos a crear e imaginar nuevos mundos… la pregunta que me rondó, es qué tanto estábamos asumiendo nuestra labor de padres… maestros… amigos cómplices… y saben una cosa?
Me di cuenta que somos nosotros, ese niño, esa niña que esta llena de preguntas, deseos, pilatunas… y me tranquilicé…


Feliz día pedacitos de mi corazón, porque en cada sueño comunicativo parimos hijos del amor!!
Los ama
Nyria la brujita

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