lunes, 16 de julio de 2007

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LOS NIÑOS

Los medios masivos de comunicación producen, reproducen y transforman constantemente la representación de sociedad que las audiencias reciben. Así mismo, los medios dibujan a los actores sociales y van consolidando los lugares y los roles que éstos deben asumir.


En todas las sociedades latinoamericanas hay una gran distancia entre la modernidad reflejada en la vida de las clases medias urbanas y el atraso en el que vive la mayoría de la población en las zonas rurales y en las más pobres de las ciudades. En Colombia la situación se agrava: desde los medios debe representarse, no solo, una realidad inalcanzable para la mayoría, afectada además por las consecuencias del conflicto.

Cómo ven televisión los niños:

En cuanto a los niños, ellos están presentes en forma constante en todos los momentos de la programación televisiva. En Colombia la población infantil está expuesta ante el televisor casi cuatro horas diarias. Las cifras de los índices de sintonía que miden a toda la audiencia mayor de 5 años indican que se tendría que repensar la programación de televisión partiendo de la responsabilidad frente a estas audiencias.

La televisión y los medios no son los únicos responsables de garantizar el bienestar y el desarrollo de la personalidad, ni de dispensarles entretenimiento, formación, e información a los niños; sin embargo, los medios no pueden darle la espalda a la compleja situación colombiana, la cual degrada contundentemente a la familia, produce desarraigo, y por ende, menoscaba a las comunidades y al Estado mismo.

En este escenario, es prioritario impulsar una reflexión sobre las imágenes de infancia que circulan por los medios y que dan cuenta del lugar y la importancia que los niños, niñas y jóvenes ocupan en la sociedad.

La programación de TV comercial que compite por audiencia, apuesta por una televisión que da más de lo mismo: telenovelas, telenovelas, telenovelas, realities, algo de información, dejando de lado otros géneros y formatos interesantes y novedosos. A las audiencias minoritarias, y especialmente a las audiencias infantiles es necesario ofrecerles una programación diferente a la de las audiencias universales. Es prioritario ofrecerles una programación que refleje su identidad cultural que acompañe las producciones extranjeras de buena calidad. Si bien en los medios comerciales se han hecho algunos esfuerzos valiosos para ofrecer programación más adecuada para la infancia, hace falta establecer parámetros claros y estímulos concretos para que esas iniciativas tengan impacto, calidad y sostenibilidad.

Los niños también son audiencias de los informativos como queda demostrado en los informes de sintonía. Un estudio de la CNTV del 2000, analizando 253 noticieros de los canales privados y de los llamados mixtos, nos describe así los contenidos, en lo tocante al tema que nos interesa: Concentración de la información en tres áreas: deportes, farándula y conflicto armado. Este último implica el registro de hechos violentos, sin involucrar el proceso de paz. Los niños y niñas que siguen esta información, entre otras razones, porque la emisión del noticiero es el momento privilegiado para estar con la familia.

Responsabilidad frente a las audiencias infantiles:

La TV y los medios pueden contribuir a la formación de los niños al presentar el contexto y las implicaciones del conflicto, mostrar la dimensión humana del sufrimiento, y sugerir alternativas para construir las posibles salidas a esa situación.

Lo anterior nos permite entender en qué dimensión se inserta la televisión en el conflicto colombiano y su responsabilidad ante una comunidad que no tiene herramientas para entender completamente el conflicto. Cabe aquí preguntarse como reflexión ¿cuáles son el país, la pertenencia, el espacio de esperanza y el futuro que contribuyen a construir la televisión y los medios? ¿Cómo son los ciudadanos que los medios están construyendo?No se trata de excluir el conflicto y la violencia de la los medios; tampoco, de construir una miscelánea de programas sobre el conflicto o de conducirnos unidireccionalmente para encararlo. Se trata de buscar, hacia el futuro, un camino de entendimiento y en esto los niños, como ciudadanos en formación, tienen que ser actores y protagonistas insustituibles. Los medios masivos tienen una alta cuota de responsabilidad en la acción de reconocerle a la infancia este lugar.

Esto no sería un acto de benevolencia. Sería, por el contrario, la justa demanda para garantizar la adecuada construcción de unas audiencias que deben ser protegidas, no tan sólo por ser vulnerables en un país en conflicto, sino por que constituyen el capital social y cultural del que dependerá el país.

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