La ‘tomadera de
pelo’, su particular manera de recibir a sus visitas en su casa en
Neiva y otras particularidades son las que recrearon la vida de José
Hildebrando León, más conocido como ‘Grillo’, asesinado la
semana pasada por fleteros por evitar un robo al norte de Neiva.
John Fredy Nagles Soto
Bogotá
Muy bullicioso,
enamorado, andariego y, sobre todo, muy, pero muy ‘recochero’.
Así lo recuerdan hoy aquellos que conocieron de cerca a José
Hildebrando León, más conocido como ‘Grillo’, el hombre de 56
años que fue asesinado por fleteros cuando intentó evitar un robo
en el barrio Álamos Norte de la ciudad de Neiva. Llegamos a Bogotá y a Soacha para hablar con los familiares de éste
cundinamarqués que, por gustarle la tierra caliente pues decía que
en Bogotá “se le quebraban las piernas” del frío, llegó hace
15 años a la Capital Bambuquera.
En el barrio Class de la
localidad Kennedy en Bogotá viven Karina Calvo, una de las sobrinas
de ‘Grillo, y su hija Rubby Mildred Prieto Calvo, una de las que
más lo recuerdan por su último encuentro hace un mes. Ruby recuerda
que ‘Grillo’ no se quedaba quieto ni callado; ni siquiera en los
velorios dejaba de tomar del pelo, siempre sacándole un chiste a
cualquier situación por negativa que fuera. “No era con el ánimo
de burlarse de la gente o de las situaciones sino que él quería
robarle siempre a uno una sonrisa, pues para destensionar los malos
momentos”, recalcó.
“Era un tomador de
pelo”
En otro extremo del
departamento de Cundinamarca, en el barrio La Isla del municipio de
Soacha, vive doña María Ignacia León, o ‘Marujita’ para sus
coterráneos. Ella recuerda a su hermano José Hildebrando como un
hombre que “jodía mucho y le fascinaba la recocha”, razón por
la cual fue apodado como ‘Grillo’. Recuerda que cuando ellos lo
visitaban a Neiva, ‘Grillo’ se encargaba de refrescarlos,
metiéndolos de cabeza a un tanque grande, a manera de alberca, que
él tenía en su casa. “A mis hijas, cuando estaban jovencitas, mi
hermano las molestaba metiéndolas a la alberca grande”, recuerda
‘Maruja’ con algo de nostalgia.
Doña María Ignacia León, hermana de ‘Grillo’, lo recuerda como un tomador de pelo, dicharachero desde muy joven, razón por la que su apodo.
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Karina Calvo, una de las
sobrinas de ‘Grillo, exaltó que dentro de las locuras de su tío,
y muchas de las que más recuerdan todos, era que “visita que
hacíamos a Neiva a donde mi tío y que se respetara era la metida de
cabeza al tanque, pues como todos nos quejábamos de la calor,
entonces él se encargaba de refrescarnos en la gran alberca, muy
común en casas de tierra caliente”, explicó la señora. “Cuando
yo iba a Neiva –relató María Ignacia– tenía que alistar un
palo para darle por la cabeza para que no me jondiara al tanque del
agua, porque eso no respetaba a nadie. Era rara a la persona que no
lo hiciera meter a la alberca”.
José
Hildebrando León, más conocido como ‘Grillo’, fue asesinado la
semana pasada por fleteros cuando trató de evitar un robo al norte de Neiva.
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Fue maletero en la
Flota Mercante
Cuando joven, ´Grillo’
trabajó como maletero en la Flota Mercante Grancolombiana, donde se
hizo viajero, “andariego”, dice su hermana María Ignacia. “Ya
él después de un tiempo, él se retiró y con sus ahorros, él
levantó su casa en Neiva con el apoyo de mi tía Blanca León”,
relató Mildred Prieto. “Hace 25 años se salió. Por eso, creo yo,
no tuvo hijos ni esposa pues siempre andaba molestando y ocupado de
sus asuntos, y siempre diligente con las personas que lo apreciaba, y
por eso lo asesinaron, por defender a la señora de ese restaurante”,
resume ‘Maruja’.
Los restos mortales de José Hildebrando León, más conocido como ‘Grillo’, hoy reposan en el cementerio El Apogeo en Bogotá.
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Luego de éste duro
episodio, su familia está pensando no vender la casa donde vivía
‘Grillo’ en Neiva sino que sería donada a causas humanitarias,
pues según su familia, “ya no será lo mismo ir a Neiva. Allá
ahora solo vive Oscar, otro familiar, pero ya no es lo mismo. Él era
el compinche con ‘Grillito’ pero pues ya se fue, ya se queda
solo”, con nostalgia puntualiza su hermana ‘Maruja’. Los restos
mortales de José Hildebrando León, ‘Grillo’, hoy reposan en el
cementerio El Apogeo en Bogotá. Su familia viene haciéndole su
novenario en casa de su hermana María Ignacia, en el barrio La Isla
de Soacha.
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