El prontuario del que podría convertirse en el mayor asesino de la historia política reciente colombiana fue reseñado minuciosamente por el senador izquierdista Ivan Cepeda. De resolverse este enigmático 'Expediente Uribe' en la justicia resolvería en gran parte el origen de la guerra en Colombia. Aquí el resumen de lo que fue el debate de la historia.
Jhon Fredy Nagles Soto
Radiorevista Santuario Stereo
Redacción judicial
Bogotá D.C.
INFORME ESPECIAL. “El Señor de las Sombras”. Así titularían en 2002 Joseph Contreras y Fernando Garavito un libro que, con el tiempo, se convertiría en un best seller en Colombia. Y es que del fenómeno paramilitar se ha escrito mucha literatura. Sin embargo, ninguno ha profundizado tanto como Iván Cepeda, el senador que prometió recibir en el Congreso al expresidente y ahora congresista Álvaro Uribe con un debate sobre su historia familiar y la del paramilitarismo, “que finalmente resultó ser la misma”, agregarían. Hernando Gómez Buendía, director de la Fundación Razón Pública, dijo:
Hoy, Colombia se la juega por la paz y cerrar la horrible noche de 50 años de guerra. Sin embargo, para avanzar en esta anhelada empresa es necesario conocer la verdad sobre el origen de la violencia en nuestro país. Y con este preciso objetivo se cumplió el pasado miércoles, 17 de septiembre, un debate de control político sobre los vínculos del expresidente y ahora senador Álvaro Uribe Vélez con los paramilitares y el narcotráfico.
El congresista citante fue Iván Cepeda Castro, senador del partido izquierdista Polo Democrático Alternativo. Como él, más de ocho mil militantes de la Unión Patriótica fueron víctimas de los grupos paramilitares, quienes en los años 80 los eliminaron en su totalidad. Durante aquella época muchos líderes sociales y políticos fueron asesinados por estos grupos violentos, financiados por terratenientes. Aquí, su explicación del particular durante su debate ante los 12 congresistas que participaron de la Comisión Segunda del Senado de la República durante éste debate:
Las investigaciones realizadas por el Senador citante están compendiadas en dos libros: ‘A Las Puertas del Uberrimo’ (1ra parte) y ‘Por las Sendas del Uberrimo’ (2da parte). Según este trabajo, los nexos entre el Paramilitarismo en Colombia y Uribe, se remontan a los años de 1995 a 1997 cuando éste fue gobernador de Antioquia. Durante éste periodo, se crearon las llamadas Convivir, empresas de seguridad privada.
Las Convivir eran grupos que se dedicarían a garantizar la seguridad en zonas de influencia guerrillera donde la Fuerza Pública no podía llegar. Estas estructuras terminaron realizando actividades paralelas a las del Ejército y la Policía, y de ahí deriva su nombre: paramilitares. Sin embargo, aunque su objetivo era combatir a la insurgencia, terminaron cometiendo peores delitos que los hechos por sus rivales.
Pero, ¿por qué revivir un debate sobre este pasado violento que inicia en Antioquia y aún no ha terminado de permear toda Colombia? Entre las reclamaciones de centenar de familiares asesinados por la violencia en nuestro país está la de saber la verdad sobre los responsables de la guerra, uno de estos, el hoy senador Uribe Vélez.
Entre los pasajes que Cepeda logró recabar fue un certificado de la Cámara de Comercio de Medellín de una empresa llamada ‘Confirmeza’. Según denuncias del Congresista, en 1983 Álvaro Uribe aparece como miembro de su junta directiva, junto a Luis Carlos Molina. Este señor, junto con otras tres personas, fue condenado el 6 de octubre de 1995 a 16 años y 8 meses de prisión por el asesinato de Guillermo Cano Isaza, director de Diario El Espectador.
Cepeda emprendió su aplanadora de argumentos contra Uribe con un episodio que compromete un helicóptero con placa HK2704 de propiedad de su padre, Alberto Uribe Sierra. Para entonces, Uribe asumió la dirección de la Aeronáutica Civil entre los años 1980 a 1982. Según el congresista citante, para esos años se realizó un allanamiento por cuenta del coronel Jaime Ramírez Gómez, de la Policía Antinarcóticos de la época, asesinado también por la mafia.
En una declaración juramentada, Cecilia Lara, hermana del entonces ministro de justicia, Rodrigo Lara Bonilla, dijo que en conversaciones él le dijo: Lo ocurrido en Tranquilandia es muy grave y compromete a gente muy importante de la política del país. El helicóptero cogido en Tranquilandia era del padre de Álvaro Uribe Vélez", explicó el dirigente político a la Comisión.
Otro de los pasajes que Cepeda logró recabar fue un certificado de la Cámara de Comercio de Medellín de una empresa llamada ‘Confirmeza’. Según denuncias del Congresista, en 1983 Álvaro Uribe aparece como miembro de su junta directiva, junto a Luis Carlos Molina. Este señor, junto con otras tres personas, fue condenado el 6 de octubre de 1995 a 16 años y 8 meses de prisión por el asesinato de Guillermo Cano.
Pero si le parece poco, la familia Uribe Vélez tuvo estrecha relación con el Clan de los Cifuentes Villa y el Clan de los Ochoa, familias relacionadas con el narcotráfico.
Finalmente, otro de los pasajes que resaltamos de la larga lista de episodios delictivos expuestos a lo largo del debate del senador Cepeda es el periodo de Uribe como alcalde de Medellín. Uribe fue nombrado alcalde de la capital antioqueña por el entonces gobernador, Álvaro Villegas Moreno. Sin embargo, su paso por este cargo solo fue entre agosto y diciembre de 1982, porque el Secretario General del presidente Belisario Betancur, llamado Alfonso Ospina supo que a quien había nombrado el gobernador tenía nexos con la mafia. Aquí lo explica Cepeda:
Durante la campaña de 2002 y 2006, los paramilitares apoyaron la campaña política de Uribe a la Presidencia de la República. En declaración ante Justicia y Paz, un exparamilitar aseguró que en muchos de los trayectos realizados por Santander en el año 2003 la orden era escoltarlo. Así se refirió sobre el particular:
Con esto, y otros pasajes de la hoja de vida del expresidente, se podría afirmar que solo se ha tocado la punta del iceberg en toda la historia de Colombia. A la luz de la investigación de Cepeda, los vínculos que son evidentes entre los paramilitares, los narcos y el controvertido político paisa. Ahora la pregunta es, ¿Por qué la justicia no ha actuado sobre el prontuario delictivo de Uribe?
Recordar ahora, y como para aquellos que siguen creyendo que Uribe no es delincuente, echenle oreja a esto que dijo una vez ante el Congreso:
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