La entidad tuvo la importante visita del Global Foodbanking, entidad que agremia a los organismos de éste tipo que buscan combatir el hambre en el mundo. El Banco busca el apoyo para ampliar sus instalaciones, pues “queremos llegar a mayor número de familias en la región”, agregó su director.
John Fredy Nagles
Soto
Neiva
Yisela
Bonilla y Fendel Díaz, campesinos de la inspección de Vegalarga de Neiva,
tuvieron hoy, como otras familias, una visita que, para ellos, era inesperada.
Ayer el Banco de Diocesano de Alimentos recibió la visita del Global
Foodbanking Network, organismo internacional que agremia a todos los bancos y
organismos de apoyo social que trabajan en reducir los altos niveles de
desnutrición en las naciones del mundo con más déficit en materia de
alimentación.
Al
respecto, Chistopher Rebstock, vicepresidente de Global Foodbanking Network, el
organismo internacional que visitó el Banco, dijo que además de conocer la
situación de los bancos de alimentos articulados a Abaco, Asociación de Bancos
de Alimentos en Colombia, su visita tiene como principal objetivo reconocer
aprendizajes en la relación de éstas entidades de asistencia social con las
comunidades que de sus programas se benefician.
“En
esencia, todos los bancos son muy parecidos. En Colombia, los bancos trabajan
con organizaciones sin ánimo de lucro para entregarles beneficios, buscan
recursos que les permitan conseguir alimentos para sus comunidades. Incluso
sabiéndose que todos son casi lo mismo, todos son muy distintos en la manera de
relacionarse con sus comunidades y la atención que hacen de ellas”, dijo Rebstock.
Otras funciones de
los bancos de alimentos
Durante
ésta semana, el extranjero estuvo en la ciudad de Cúcuta, donde logró que su
banco de Alimentos tiene un programa de formación con los agricultores, y
comunidad beneficiada. “Allí, el banco les ofrece capacitación, los acompañan y
trabajan con ellos para después ayudarles a comercializar lo que están cultivando”,
explicó. En muchos de éstos organismos de asistencia social existen programas
de agricultura urbana y programas de recreación y deporte para los jóvenes.
“Una
tarea es encontrar esos espacios que hay entre una comunidad y otra, y la
relación que hay entre estas y el Banco de Alimentos. Además, lograr comprender
esos escenarios de interacción. Entonces, se deben diseñar esos programas de
apoyo que permitan esa otra relación con las comunidades con las que se esté
trabajando. Finalmente éste esta es la real función de los bancos”, puntualizó
el vicepresidente de la Entidad.
Situación del Banco
de Alimentos de Neiva
La
Diócesis de Neiva cuenta con un banco que atiende semanalmente a más de 450
familias semanales, en su actual locación de 230 metros cuadrados ubicada en la
carrera quinta sur. Desde hace once años, el Banco tiene influencia en la
mayoría de municipios del norte del Huila. En Neiva, el Banco beneficia a
comunidades de las comunas, 6, 8, 9 y 10 de Neiva, los barrios Las Palmas, Alto
Panorama, Puertas del Sol, Oasis, Las Margaritas, Galindo, los cuales son unos
de los más vulnerables de la Capital huilense.
En
éstos momentos, el Banco, además de ayudar en ofrecerles asistencia alimentaria
a las comunidades vulneradas en sus derechos, adelantan programas de salud
oral, capacitación a madres gestantes y lactantes, entre otras actividades.
“Hemos ayudado, no solo con alimentos, sino también con ajuares para bebes. No
solo se apoya lo nutricional, sino también se apoya la parte formativa y
espiritual de las familias que atiende el Banco Diocesano de Alimentos en
Neiva”, relató el padre John Fredy Obando, director del Banco Diocesano de
Alimentos de Neiva.
Hoy,
el Banco va en constante crecimiento. Según el padre Obando, de 450 familias
semanales que están en estos momentos asistiendo, la meta es terminar el año
con más de mil familias beneficiadas. Por esta razón, otra de las dificultades
que se asoma en el nuevo panorama es la aplicación de su sede logística. “Tenemos
una necesidad que es prioritaria que es la consecución de una nueva bodega o
terreno mucho más grande. Nosotros estamos trabajando en una bodega que nos
presta la Federación de Cafeteros, pero solamente tiene 230 metros cuadrados, y
nosotros estamos proyectándonos a una bodega con una capacidad de mil metros
cuadrados para poder llegar a más familias”, puntualizó.
Yisela
Bonilla y Fendel Díaz agradecieron el apoyo brindado por el Banco a su difícil
situación, equiparable a la de muchos vulnerados en Colombia. “Muy importante
para la comunidad, porque hay muchas personas como nosotros que son de escasos
recursos económicos que necesitan del Banco para cuadrar su canasta familiar.
Nosotros recibimos unas cositas para el bebé y un mercadito que nos sirve, pues
ahora está muy difícil la situación allá en donde vivimos por la violencia”,
dijo Díaz.
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